“La realidad en nuestro país es que no estamos realizando la escuela que corresponde a una nación riquísima en potencialidades y excesivamente
pobre en instrumentos de cultura que le permitan aprovechar sus propios recursos. En el fondo de todos nuestros problemas nacionales hay un problema de escaso desenvolvimiento del hombre común, desenvolvimiento de lo más poderoso del hombre: la conciencia. (…)Costa Rica no podrá vanagloriarse de una orientación hacia la justicia social, ni hacia la democracia técnica, ni hacia la simple democracia siquiera, mientras no le dé una fuerte solidez económica a la cultura del pueblo.”

Emma Gamboa, setiembre de 1946


En los últimos años el país ha estado expuesto a una serie de eventos que profundizaron las debilidades de nuestro sistema.
La fortaleza histórica de nuestras instituciones ha sostenido el andamiaje democrático que nos permite tener aún, un nivel de paz social suficiente para provocar acuerdos. Pese a esto, el tiempo no está a nuestro favor. Estos años produjeron un efecto acumulativo de problemas urgentes sin resolver. El fantasma del autoritarismo y el extremismo recorren la región y el mundo democrático. Tengamos muy presentes a los costarricenses que no han podido recuperarse de los embates de las crisis económicas del 2007-2008, la producida por la pandemia de COVID19 y la que ya se percibe producto de la invasión rusa a Ucrania. Para todos ellos el transcurso del tiempo ha sido difícil y cruel. Quiebras, deudas y pérdidas de seres queridos.

Represento a cantones con un muy bajo índice de desarrollo humano. Cantones con gran diversidad y riqueza cultural, cantones con potencial económico y que a su vez padecen gran desigualdad. Mi gestión dará prioridad a esta realidad, la realidad avergonzante de la pobreza.


Algo sobre el contexto internacional


Es inevitable percibir un retroceso en la estabilidad del orden mundial. Las consecuencias de la injustificable invasión rusa a Ucrania, revelan la fragilidad de las relaciones internacionales y reaviva la posibilidad de una guerra de magnitudes temidas por todos. La pandemia hizo evidente la necesidad de promover la solidaridad de los países con mayor desarrollo industrial en sus relaciones con las naciones rezagados y vulnerables. Costa Rica no debe abstraerse de este contexto, tenemos que superar la pésima gestión en política internacional de los últimos dos gobiernos. Nuestro país es pequeño y requiere una gran política exterior, responsable con la humanidad, con el planeta, y estratégica en lo comercial.
Los gobiernos de Liberación Nacional fueron señeros en asuntos internacionales: el Plan Arias para la Paz, el acercamiento diplomático y comercial con el mundo árabe, el restablecimiento de relaciones con China, nuestra participación en el Consejo de Seguridad de la ONU, y el histórico “Tratado sobre Comercio de Armas” son ejemplos de que Costa Rica tiene la capacidad de liderar y promover objetivos importantes en esta materia.


Debemos volver por la senda de una agenda ambiciosa en lo internacional que ayude al país a tener nuevos socios comerciales que contribuyan a encender las turbinas de nuestra economía.

Educación


El porvenir de nuestra nación descansa en lo que hagamos hoy por educar a nuestros niños y jóvenes.
Todos los diagnósticos sobre el estado de nuestro sistema educativo son coincidentes: tenemos un cúmulo de problemas graves sin resolver. En este caso el interés que muchos han mostrado sobre este tema, no ha sido suficiente para detener el progresivo deterioro de la educación pública costarricense. Los dos últimos gobiernos descuidaron la educación costarricense hasta provocar una situación crítica como nunca antes tuvimos. Este es un desacierto imperdonable, el daño es difícil de precisar, pero sin duda el incumplimiento de los planes de estudios será determinante en el futuro de miles de estudiantes.
Más de 500 mil estudiantes no tienen hoy la posibilidad de interactuar con sus maestros dentro de entornos virtuales. Son niños y jóvenes costarricenses en situación de pobreza y/o vulnerabilidad los que no pueden recibir lecciones por no tener conexión a internet. En la histórica resolución n.°12790-2010 de las 8:58 horas del 30 de julio de 2010, la Sala Constitucional concluye que la conexión a internet es un derecho fundamental, universal y, por tanto, el Estado está en la obligación de garantizarlo. A pesar de este mandato superior, luego de 12 años de haberse establecido, y contando con los recursos de FONATEL, las autoridades responsables de gobierno ni se sonrojan tras haberle fallado al país. Según se informó en marzo de este año, Fonatel ha conectado solamente al 28% de los centros educativos que le corresponden para la Red del Bicentenario


El pasado 27 de abril el medio electrónico CrHoy tituló: “Gobierno de Alvarado dejará desfinanciados comedores escolares.” Les recuerdo que más de 150 mil familias dependen del abastecimiento de alimentos del MEP para subsistir. El gobierno de Carlos Alvarado fue el de la improvisación, el de la falta de ideas, y el que se olvidó de los más pobres. Compañeros y compañeras, insistiré en que nuestra prioridad debe estar en esta hora con los que menos tienen.


La más reciente Encuesta Nacional de Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Costa Rica (INEC), indica que menos del 60% de las personas con edades entre los 18 y 22 años finalizó la secundaria. La población estudiantil en pobreza extrema se ha incrementado de 186 mil a 297 mil personas, un incremento de más de un 59% en los últimos años.


Más de 800 centros educativos tienen órdenes sanitarias por no cumplir con los servicios básicos de agua potable o electricidad.


“La educación es un derecho humano, un importante motor del desarrollo y uno de los instrumentos más eficaces para reducir la pobreza y mejorar la salud, y lograr la igualdad de género, la paz y la estabilidad. Además de generar rendimientos elevados y constantes en términos del ingreso, constituye el factor más importante para garantizar la igualdad de oportunidades.” – Banco Mundial


Asumo una posición optimista con respecto a la crisis del sistema educativo público costarricense. Veo una oportunidad para su reformulación, para su adecuación a las necesidades y aspiraciones de nuestro pueblo, el momento nos obligará a pensar seriamente el horizonte al cual debemos marchar juntos, por eso les digo compañeros y autoridades de gobierno que pronto asumirán sus cargos, fijemos nuestra atención en las aspiraciones compartidas, no en las diferencias

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